La cultura del gimnasio no funciona en Francia
A pesar de que la gente esta cada vez más concienciada de los beneficios de una alimentación sana y el ejercicio físico, la cultura del gimnasio en Francia sigue siendo una actividad que no goza de popularidad.
Es posible que los franceses, al igual que algunos de sus países vecinos, prefieran echar la tarde en una terraza tomando unas cañas, un café o fumando un cigarro, en lugar de pasarla realizando ejercicios para adelgazar, reducir el colesterol o tonificar los músculos.
Su generoso sistema de salud, su preferencia cultural por los deportes al aire libre y su falta de clubes de buena calidad a precios asequibles parecen ser las principales razones que evitan que los franceses se motiven para ir gimnasio, de hecho según las estadísticas aparecen incluso por detrás de Italia, Reino Unido y España.
Concretamente, en 2008 sólo el 5,4% de los franceses pertenecen a algún club de salud, comparado con el 9,5% de Italia, el 11,9% de Reino Unido, o incluso el 16,6% de España resulta una cifra bastante ridícula.
La cifra no incluye los numerosos grupos de gimnasio de las comunidades, o «asociaciones», que tienen derecho a subsidios del gobierno y tientan a muchos consumidores con precios bajos a pesar de sus instalaciones a menudo poco sofisticadas.
Incluso teniendo en cuenta el número potencial de este vacío, las grandes cadenas Club Med Gym y Fitness First dicen que el mercado francés es particularmente difícil. La propiedad y el personal son costosos, mientras que la competencia de otros deportes es feroz.
Realmente las principales actividades deportivas de los franceses son el fútbol, el tenis y el ciclismo, aunque en ninguna de ellas hayan cosechado el más mínimo éxito en los últimos años… Es más, en Francia el hacer ejercicio tampoco goza de una fama especial, ni las celebridades ni tan si quiera el presidente Sarkozy durante sus elecciones en 2007 ganaron puntos por el hecho de transmitir una imagen atlética… de hecho, en su momento, el filósofo Alain Finkielkraut dijo que “preferiría ver al presidente con traje que sudando”.
Al parecer, a la hora de cuidarse, los franceses son un poco vagos y son capaces de confiar más en cremas y cosméticos con propiedades adelgazantes que en machacar los músculos. Quizás sea vagancia o simplemente un exceso de credulidad, en cualquier caso salen perdiendo tanto los gimnasios como los franceses…
Ante esta situación, los empresarios del sector albergan esperanzas antes las nuevas campañas del gobierno francés que pretenden promover la práctica del deporte como medida para reducir los gastos y las perdidas de tiempo en la seguridad social.
Por su parte, también los gimnasios o los empresarios avizores deberían pensar en abrir gimnasios low cost o con tarifas mucho más asequibles que animen a la gente a probar sus instalaciones. Igual que las grandes cadenas de la restauración como McDonald’s, KFC o Starbucks han sabido adaptar su oferta al mercado francés, los clubes deberían hacer lo propio para promover la cultura del gimnasio, quizás con una zona para almorzar algo o tomar un café antes o después de realizar ejercicio dentro del gimnasio.
Lo único que me parece bonito de la nota es el hermoso trasero color rosa de la chica de la foto.
Saludos!!!