Cómo usar la piedra para horno
Más que un invento, podríamos decir que la piedra para horno es una vuelta al pasado, a los orígenes donde no existía la electricidad ni los complejos electrodomésticos, sino hornos de leña que hoy en día se han vuelto casi una rareza e incluso un signo de distinción de calidad para algunas panaderías y restaurantes.
Afortunadamente los aficionados a las gastronomía no están obligados a hacer obras en la cocina de casa y comprar leña, la solución es mucho más sencilla, simplemente tienen la posibilidad de comprar una piedra refractaria, que no es otra cosa que una pieza de cerámica muy resistente que nos permite hornear a la piedra consiguiendo resultados similares al clásico horno de leña.
La idea al usar la piedra para horno es introducirla en la parte baja y precalentarla durante una media hora antes de colocar la masa encima, por ejemplo si vamos a preparar una pizza: mientras se calienta la piedra refractaria vamos montando nuestra pizza con los ingredientes deseados sobre una bandeja de madera o silicona que luego nos permita deslizar la masa y colocar la pizza sobre la piedra caliente.
Estas piedras de cerámica suelen tener un tamaño estándar que encaja en las bandejas o rejillas de cualquier horno, aparte de permitir preparar una pizza a la piedra, podemos cocina otras muchas recetas como focaccias, bollos y todo tipo de panes.
Las ventajas de usar la piedra para horno, aparte del resultado final que se asemeja al de un horno de leña, es conseguir que la masa se cocine sobre una superficie a alta temperatura y con un reparto homogéneo.
Cuando la hemos terminado de usar, al igual que la pierrade, no debemos sumergirla en agua fría cuando aún está caliente, ya que nos arriesgamos a que la contracción producida por el cambio de temperatura quiebre la piedra.