Los beneficios de comer menos carne
Podemos comer de manera saludable sin gastar mucho. Una forma de ahorrar es servir carne con menos frecuencia en beneficio de las verduras, arroz y pasta. Puede ser un reto servir comidas nutritivas, pero planificando los menús se puede comer mejor por menos dinero.
Al reducir la ingesta de carne, las comidas pasan a constituirse alrededor de verduras, frutas, arroces, pastas, cereales, frutos secos y legumbres. Además, reducir la cantidad de proteínas provenientes de la carne puede ser beneficioso para tu salud, ya que tu dieta ganará en fibra, vitaminas y otros nutrientes.
Podemos obtener proteínas de fuentes que no sean carne, como pueden ser los huevos, legumbres, productos de soja, frutos secos sin sal y semillas. También es recomendable sustituir los alimentos ricos en proteínas altos en grasas sólidas por opciones bajas en grasas sólidas y calorías. La grasa de la carne, el pollo y los huevos se consideran grasas sólidas, mientras que las grasas de pescado, frutos secos y semillas se consideran aceites.
Si te consideras carnívoro empedernido, prueba comidas sin carne una o dos veces a la semana. No hacen falta cambios drástico, como dejar la carne de la noche a la mañana ni mucho menos. Podrías, por ejemplo, no comer carne un día a la semana. Si la idea de un día entero sin carne no te seduce, podrías plantearte un par de cenas sin carne a la semana. Es más fácil empezar si planeas comidas con platos que te gusten y que no contengan carne, como sopas o ensalada de pasta. Para tus platos favoritos con carne podrías probar a sustituir la carne por otros alimentos ricos en proteínas, como pueden ser legumbres para guisos y ensaladas o el Tofu para los salteados.
En cuanto a tu menú con carne, elige cortes magros y evita porciones de gran tamaño. Una porción de proteína no debe superar la cuarta parte de tu plato. La mitad del plato lo deben cubrir las verduras. La pastas, arroz o/y otros cereales integrales el resto.
Si me paro a pensar, con el tiempo yo me he vuelto lo que llaman «flexitariano», que somos ni más ni menos los que comemos principalmente alimentos de origen vegetal, pero de vez en cuando comemos carne, aves y pescado. Es un tipo de alimentación típica de la dieta mediterránea, donde se limita la carne roja y abundan las frutas, verduras, legumbres y grasas saludables.